Los bebés son capaces de ver desde que nacen, pero lo hacen de manera borrosa, con un campo de visión corto y aún sin ser capaces de procesar y entender lo que ven como lo haría un adulto. Hay que esperar a los 6-8 meses desde su nacimiento para que consigan un nivel de desarrollo óptimo de este sentido.

 

A diferencia del sentido del oído, el de la vista no está del todo desarrollado en los bebés cuando nacen. Esto no quiere decir que no vean; de hecho, a partir de la semana 26 de embarazo los ojos del bebé ya están listos para ver, aunque no de forma clara.

 

Nada más nacer tienen un campo de visión muy corto, de unos 20 centímetros, lo que explica la necesidad de cercanía y contacto de los bebés. También por esto, es común que los bebés bizqueen hasta los 3 meses, al tratar de enfocar.

 

Respecto a los colores, sucede algo parecido a lo que ocurre con el enfoque de sus ojos: los distinguen, pero aún de una manera prematura. Así, por ejemplo, colores contrastados como el negro y el blanco los diferencian sin problema, pero con otros aún pueden tener un poco de dificultad. Es a partir del medio año, aproximadamente, cuando empiezan a distinguir bien los colores.

 

A partir de los 6-8 meses se considera que la visión de los bebés ya está desarrollada y puede ver el mundo de una manera similar a como lo ves tú.