Normalmente la ansiedad es detectada en personas adultas o mayores, pero eso no significa que sea exclusiva a ellas. En épocas de cambio, muchos bebés también pueden sufrir ansiedad.

¿Qué es la ansiedad?

La mayoría de las personas ha sentido ansiedad en algún momento de sus vidas por una circunstancia puntual. No obstante, las personas que padecen ansiedad y desarrollan el trastorno de la ansiedad se encuentran frecuentemente con preocupaciones y miedos excesivos. Si no se controla puede ser muy malo y llegar a un ataque de pánico.

Aunque en muchas ocasiones la ansiedad pueda estar provocada por problemas familiares, económicos y creamos que esté lejos del ámbito de nuestro bebé, no siempre es así. Los bebés también pueden sufrir estrés y ansiedad, más aún cuando están expuestos a numerosos cambios.

El carácter del pequeño define bastante su situación frente al estrés; hay niños más nerviosos y otros menos nerviosos o sensibles. Tu hijo puede desarrollar ansiedad cuando se siente amenazado por un cambio como, por ejemplo, un miembro más en la familia que le impide ser el centro de intención, cambiarse de cuarto o incluso empezar a ir a la escuela.

El trastorno de ansiedad por la separación es habitual en bebés de ocho meses. El pequeño se da cuenta de que sus padres son personas diferentes a él mismo y pueden irse de su lado, lo cual le crea gran ansiedad. Esta etapa es totalmente normal y se pasará tarde o temprano.

Síntomas de la ansiedad en los bebés

Aunque no todos los bebés manifiestan su ansiedad de la misma forma, los síntomas principales en un bebé que sufre ansiedad son:

– Lloro continuo que no se pasa fácilmente

– Nervios

– Irritabilidad

– El bebé grita y se mueve mucho

– Intentos de llamar nuestra atención mediante diversas acciones

– Temblores

– Taquicardias

– Sudoración excesiva

Problemas para dormir

¿Qué hacer si padece de ansiedad?

Es importante evitar el estrés y la ansiedad duradera en los primeros meses y años de vida del niño ya que estos años son fundamentales en el desarrollo y la formación de su cerebro y el estrés constante puede causar problemas posteriores o trastornos de ansiedad más serios al crecer. Así, el estrés continuado puede causar a la larga en el niño disminución de la confianza y de la seguridad en sí mismo, menor capacidad de empatía, bajo estado de ánimo o alteraciones en la memoria.

  1. Hazle sentir que estás cerca de él siempre. Dentro de tus posibilidades, intenta llevarle a todos lados contigo y no dejarle con personas desconocidas pues le agobiará mucho. Si se pone nervioso, abrázale contra tu pecho.
  2. Despídete de tu bebé cada vez que te vayas y saluda cuando vuelvas. El bebé entiende más de lo que pensamos.
  3. Anota en qué situaciones se pone nervioso y averigua qué cosas le hacen tranquilizarse.