Los niños son inquietos por naturaleza y un juego más enérgico de lo normal puede provocar una caída. Si eso sucede lo primero que debes hacer es valorar la herida, si es muy grave no dudes en llevar al pequeño a un centro de salud, si es ligera, ten en cuenta lo siguiente:

 

• En caso de producirse el clásico chichón, aplica una bolsa con hielo en la zona afectada durante una media hora.

 

• Si el niño sufre una hemorragia, limpia la herida y bloquea la salida de la sangre ejerciendo presión con un dedo o cubriendo la parte afectada con una gasa estéril durante dos minutos. Cuando la sangre deje de correr, debes valorar si es necesario llevar al niño con un médico que suture la herida.

 

• No te dejes invadir por el pánico, mantén la calma, esto te ayudará a valorar bien la gravedad de la herida o fractura.

 

• Evita transmitir tu angustia al niño y, al contrario, transmítele ánimo y confianza.

 

• Nunca le coloques vendas o esparadrapos sin haber limpiado antes la herida.