Se aconseja que los bebés duerman sin almohada hasta los 2 años por varios motivos: para evitar el síndrome de muerte súbita del lactante, para no forzar la curvatura natural de cuello y causarle dolores…

¿Por qué los bebés no deben dormir con almohada?

Los bebés no deben dormir con almohada hasta los 24 meses por varios motivos:

1- Las almohadas fuerzan la curvatura natural el cuello, haciendo que la columna del bebé adopte una postura antinatural y demasiado elevada, lo que puede afectar a la columna vertebral del niño, aún en desarrollo. Esto se debe a que, en proporción, su cabeza es más ancha que su espalda (recordemos que los bebés suelen ser muy cabezones), lo que hace que, al usar una almohada, su cabeza quede inclinada hacia delante, adoptando una postura antinatural que puede dificultar el sueño, causarle dolores e incluso afectar al crecimiento.

2- La almohada aumenta el riesgo de asfixia, lo que favorece el síndrome de muerte súbita del lactante, más común en menores de 12 meses. Mientras el peque no sepa girarse solo, en la cuna no debe haber almohadas, peluches, mantas, edredones ni nada con lo que su cabeza pueda quedar tapada. Asimismo, la almohada, al  impedir una alineación natural de su espalda, puede causar problemas respiratorios al no entrar el oxígeno adecuadamente en sus pulmones y no llegar a su cerebro.

¿Cuándo empezar a usar la almohada?

Hacia los 2 años, los hombros del pequeño ya son más anchos que su cabeza y, además, el bebé ya sabe moverse solo por la cama, por lo que no suele dormir boca arriba todo el tiempo, sino que se mueve, se gira y duerme muchos ratos de lado. Si es el caso de tu peque y le gusta dormir de lado, su cabeza quedará un poco colgante, lo que puede causarle tortícolis o dolor de cuello. Es el momento de empezar a usar almohada.

Eso sí, asegúrate de que la necesita, ya que no todos los bebés de 2 años duermen de lado o tienen los hombros más anchos que la cabeza, depende de su fisionomía.

¿Qué almohada es la mejor para bebés?

No sirve cualquier almohada, es importante comprar una que cumpla una serie de condiciones ya que las almohadas muy grandes o blandas también pueden causarle problemas y dolores en el cuello. Por eso, su almohada debe cumplir ser:

– fina

– no muy alta, de unos 5 a 10 cm

– fabricada con materiales que permitan la respiración y la oxigenación, como el algodón, no se aconseja el poliéster

– adaptada a su tamaño

Además, la almohada depende de la postura al dormir, para los niños que duermen boca abajo debe ser una almohada blanda y de no más de 10 cm de alto. Para los que duermen boca arriba es mejor una almohada fina que se acomode en la nuca. Y para los que duermen de lado, una almohada de mayor grosor para que mantenga la cabeza y la columna alineadas.