Los bebés, al nacer, solo respiran por la nariz ya que la falta de desarrollo del aparato respiratorio impide respirar también por la boca hasta los 6 meses.
¿Por qué no pueden respirar por la boca al nacer?
La boca de los bebés, durante los primeros meses de vida, está creada, especialmente, para comer. Eso hace que tenga unas características especiales que no le permiten respirar por ella hasta que no pasan unos cuantos meses:
– su boca es tan pequeña que la lengua la ocupa casi entera
– la epiglotis está situada muy cerca del paladar, por lo que se produce una selladura casi completa de los conductos de aire que hay dentro de ella
Por lo tanto, los bebés solo usan la boca para respirar si la nariz está obstruida por una congestión nasal y, además, en la mayoría de los casos, solo lo lograrán si lloran y generan una presión importante que permita que el aire pase por ese espacio tan reducido que queda en la boca.
Sin embargo, hacia los 6 meses los músculos de la lengua y el paladar se desarrollan y la epiglotis que sitúa más abajo para separarse del paladar blando, lo que permite que el espacio para que entre el aire sea mayor y los conductos de aire no estén casi sellados, por lo que el bebé puede respirar mejor (además de tragar alimentos semisólidos). Este desarrollo también favorece la pronunciación de nuevos sonidos.
No obstante, aunque desde los 6 meses pueda respirar por la boca, su respiración sigue siendo nasal hasta los 2 años aproximadamente.
¿Puede afectar al bebé no respirar por la boca?
El hecho de que el bebé no sepa apenas respirar por la boca a causa del poco espacio que tiene para ello hace que, cuando sufre congestión nasal por un resfriado o infección de las vías respiratorias altas, tenga problemas para dormir y comer, ya que no podrá succionar sin perder al aliento, por lo que tendrá que parar cada dos por tres y estará muy incómodo y molesto. Esto hará que llore más y esté muy irritable, por lo que es importante que sepas cómo aliviarle hasta que la congestión vaya cediendo:
– No lo coloques tumbado boca abajo nunca, siempre boca arriba para dormir y, cuando tenga muchos mocos, con la parte superior del cuerpo ligeramente elevada colocando almohadas o una cuña bajo el colchón.
– Límpiale la nariz a menudo con suero fisiológico o agua de mar para ayudar a que los mocos desaparezcan. Puedes hacerlo tantas veces al día como quieras, pero se aconseja sobre todo antes de cada toma y de las siestas.
– Cuando esté muy congestionado, puedes aspirar los mocos con un aspirador nasal, pero no lo hagas muy a menudo ya que se pueden irritar las mucosas de la nariz.
– Coloca un humidificador para dormir para que el ambiente esté más húmedo y respire mejor.
– Un baño de agua caliente también ayuda a despejar la nariz gracias al vapor de agua.
Es importante que sigas estos consejos ya que, hasta los 5 años, el niño no será capaz de sonarse la nariz correctamente, por lo que los lavados y estos consejos ayudarán a que respire mejor cuando esté congestionado.