El kiwi es una fruta tropical de sabor dulce y sabroso que suele gustar mucho a los niños. Sin embargo, puede causar reacciones alérgicas, sobre todo cutáneas, por lo que se recomienda retrasar su consumo hasta los 10-12 meses.

 

 

El kiwi es una fruta muy saludable que contiene gran cantidad de vitaminas, minerales, fibra, etc. Entre sus muchos beneficios encontramos:

 

Refuerza el sistema inmunitario al ser rico en vitamina C y ácido fólico, protegiendo al organismo frente al contagio de diversos virus.

 

– Evita la anemia ya que la vitamina C favorecer la absorción del hierro.

 

– Ayuda a la formación de los huesos y los dientes al tener vitamina C y minerales como el calcio.

 

– Gracias al ácido propeolítico y la vitamina C que aporta favorece la correcta circulación sanguínea.

 

– El kiwi es una fruta rica, por lo que evita el estreñimiento, muy habitual en bebés y niños pequeños, sobre todo al hacer cambios en su dieta.

 

– Es un antioxidante natural que ayuda a curar las heridas.

 

– Apenas contiene calorías, por lo que previene el sobrepeso.

 

– Favorece el sueño y el descanso.

 

– Aporta minerales esenciales para el crecimiento físico y mental como el potasio o el magnesio.

 

¿Cuándo puedo darle kiwi a mi hijo?

 

Como hemos visto, el kiwi es una fruta muy saludable, por lo que debe formar parte de la dieta diaria de tu hijo. Sin embargo, la mayoría de los pediatras aconseja no darlo antes de los 10-12 meses ya que es una fruta alergénica y, además, si no está madura del todo puede resultar un poco ácida. No obstante, otros médicos afirman que puede introducirse desde los 6 meses si forma parte de la dieta habitual de la madre y la ha consumido a menudo durante la lactancia materna.

 

El problema del kiwi es que puede causar una reacción alérgica cutánea alrededor de la boca, al igual que otras frutas cítricas o de verano, por eso se aconseja retrasar su introducción un poco, sobre todo en niños con otras alergias o antecedentes alérgicos, y estar pendiente cuando se le dé al bebé por si acaso. Al ser muy ácida, también puede causar irritación o sarpullido en la zona del pañal.

 

Además, es importante ofrecérsela madura para que esté más dulce y blandita y sea más fácil de consumir y mejor aceptada por el bebé. Si se la des y no le gusta, espera unas semanas para dársela de nuevo.