Esta enfermedad, llamada realmente Púrpura trombocitopénica idiopática (PTI), es una enfermedad autoinmune que provoca la destrucción de las plaquetas, necesarias para la coagulación de la sangre. Es una enfermedad muy rara más frecuente en niños que en adultos.

La PTI es una enfermedad autoinmune, es decir, el propio sistema inmune del organismo ataca a las plaquetas de la sangre, lo que puede llegar a ser muy peligroso ya que éstas son las encargadas de taponar las heridas que se producen en los vasos sanguíneos, por lo que si no se detecta y trata a tiempo se puede producir una hemorragia grave.

 

No se sabe a ciencia cierta qué puede provocar la aparición de esta enfermedad, aunque se piensa que puede estar causada por un virus.

 

Los síntomas principales de la enfermedad púrpura son:

 

– Sangrado bucal o nasal frecuente

 

– Aparición continua de hematomas incluso sin haberse dado un golpe

 

– Erupción cutánea

 

– Hemorragias internas

 

¿Se puede tratar?

 

A veces, en niños pequeños, la enfermedad desaparece sola a las semanas, aunque no es lo normal.

 

El tratamiento consiste en administrar antiinflamatorios y, si no mejora, probar con inyecciones de gammaglobulina, fármacos que inhiben el sistema inmunitario, filtración de anticuerpos fuera del torrente sanguíneo o incluso, en casos más graves, la extirpación del bazo.

 

El pronóstico suele ser muy bueno y rara vez se convierte en una enfermedad crónica o de repetición.