¿Tu hijo tiene conjuntivitis y el pediatra te ha mandado unas gotas que debes echarle en los ojos? ¡Tranquilo! No es misión imposible, se puede conseguir siguiendo unos cuantos trucos.

 

 

Echar gotas en un ojo no es sencillo, ni siquiera para los adultos, pero puede volverse una tarea imposible cuando hablamos de bebés o niños pequeños que no atienden a razones y cierran los ojos, lloran, se tapan con las manos o patalean.

 

Si tu pediatra te ha recetado un tratamiento con gotas para los ojos de tu peque, no te angusties y sigue estos pasos y consejos:

 

1- Lávate bien las manos antes de empezar para evitar infectar más los ojos de tu hijo.

 

2- Deja cerca todo lo que vas a necesitar para no tener que moverte cuando empieces: gasas, suero fisiológico, el colirio abierto, etc.

 

3- Si es posible, pide ayuda a tu pareja u otro familiar para que sea más sencillo.

 

4- Si tu hijo es un poco mayorcito, explícale lo que vais a hacer y por qué, dejándole claro que esa medicina le curará el ojo.

 

5- No le agarres con fuerza ni hagas nada que pueda resultar amenazante o se pondrá a la defensiva. Cógelo con calma y cuidado, hablándole con voz tranquila y pausada.

 

6- Sujeta su cabeza con una mano y, con el dedo pulgar, baja suavemente el párpado inferior. Con la otra mano, aplica una gota dentro. Si tu hijo no se mueve no habrá problema. Pero si no, es mejor que sujetes también el párpado superior para mantenerlo abierto y evitar que la gota se salga.

 

7- Otra técnica es echar una gota en el lagrimal, aunque el niño tenga los ojos cerrados, y pedirle que los abra después. La gota irá dentro, aunque es posible que se pierda un poco en el camino.

 

8- También puedes tumbar al pequeño de lado y echar la gota en el rabillo externo del ojo para que caiga hacia dentro. En este caso debes dejar al peque un rato así colocado, hasta que entre.

 

9- Con el niño tumbado boca arriba, señala con tu dedo hacia arriba y, cuando esté mirando y esté distraído, deja caer la gota en la parte interna del ojo.

 

10- Una vez lo hayas logrado, pide al niño que parpadee varias veces para que la gota penetre bien en el ojo. Seca el sobrante con una gasa.

 

11- Mantén siempre la calma y no te pongas nervioso o empeorarás el problema.

 

12- Si nada funciona y es imposible echarle las gotas, quizá haya una alternativa en pomada, por ejemplo.