En torno a los 6 meses comienza la erupción de los dientes de leche, este proceso, sobre todo al principio o con algunas piezas dentales, puede resultar molesto y doloroso para el bebé, lo que puede interferir con su sueño. ¿Qué hacer en estos casos?
Síntomas de la erupción dental
La salida de los dientes de leche, proceso que empieza en torno a los 6 meses, pero puede retrasarse hasta los 12, causa una serie de síntomas y molestias al bebé:
– Exceso de saliva
– Inflamación y rojez de las encías
– Irritabilidad e inquietud
– Necesidad de morder para calmar el dolor
– Falta de apetito si el dolor es intenso
– Problemas para dormir
Sin embargo, contrariamente a lo que mucha gente piensa, la erupción dental no causa febrícula, diarreas u otros problemas. Si tu hijo presenta estos síntomas, lo normal es que tenga un virus, por lo que deberás consultar al pediatra.
¿Realmente afecta al sueño la salida de los dientes?
Aunque no hay ningún estudio que confirme que la erupción dental afecta al sueño, sí que es posible que el sueño de tu bebé se vea alterado algunas noches si está muy irritable y molesto por la salida de algún diente. No obstante, también es posible que tu hijo duerma mal debido a un cambio en las rutinas o una falta de horarios.
Además, hay algunos pediatras que afirman que la salida de los dientes no duele tanto como se cree ya que, cuando salen los dientes definitivos, mucho más grandes que los de leche, los niños apenas si manifiestan dolor o molestia (aunque también es cierto que los dientes de leche tienen que “romper” la encía, por lo que puede causar más dolor e incluso afectar al sueño).
Consejos para que el niño duerma mejor
– Si el bebé está irritable y le cuesta dormir, asegúrate de que no tiene ningún otro problema como un virus, otitis, mal estar estomacal, miedo, etc.
– Para calmar el malestar y la inflamación de las encías, lo mejor es ofrecer al bebé un mordedor frío.
– Las rutinas son esenciales para el sueño de los bebés. Asegúrate de que tu bebé sigue una rutina y unos horarios correctos a su edad que favorezcan el sueño (baño, cena, cuento, y a la cama, por ejemplo). Estas rutinas deben realizarse todos los días a la misma hora y, preferiblemente, los menores de 2 años deben dormirse entre las 8 y las 9 de la tarde.
– Las tomas nocturnas duran hasta los 6 meses, aproximadamente. Desde esta edad no necesitan comer cada 2 o 3 horas, por lo que asegúrate de que tu bebé realmente tiene hambre y no busca solo consuelo antes de ofrecerle el pecho para que no se acostumbre a dormirse siempre al pecho.
– Ofrécele el chupete para dormir, morderlo puede calmarle.
– Proporciona apoyo a tu bebé sin cambiar sus hábitos. Si estaba acostumbrado a dormir en su cunita, no empieces a llevarlo a tu cama. Bastará con darle la manita y sentarse a su lado. Tampoco es bueno, a no ser que haga falta, cogerlo en brazos.
– Nunca le apliques paracetamol directamente sobre las encías, es peligroso.
– Ten paciencia, si dormía bien, lo normal es que sea una fase que dure unos días. Si no dormía bien, entre los 6 y los 12 meses los bebés comienzan a dormir mejor.