Aunque se recomienda jugar con nuestros bebés para fortalecer el vínculo padre/madre/hijo y llevarlo al parque para que aprenda a jugar con otros niños y socializar, también es importante que tu hijo aprenda a jugar solo de vez en cuando. ¿Quieres saber por qué?
Beneficios del juego libre
El juego libre, es decir, no dirigido por un adulto, es muy beneficioso para el desarrollo de los niños en muchos aspectos:
– Favorece la independencia: al no tener que depender de lo que le marca un adulto, jugar solo ayuda a que el niño sea más independiente y autónomo, sin necesidad de depender constantemente de los consejos de sus padres.
– Fomenta la imaginación y la creatividad: el niño se inventará sus propias historias, juegos y situaciones gracias a su imaginación.
– Incrementa la autoestima y la confianza al ayudar a que el niño se sienta más seguro consigo mismo y con sus capacidades, especialmente si va superando retos.
– Ayuda a resolver problemas solo, sin ayuda de sus padres, buscando soluciones a lo que le pasa.
No obstante, a pesar de estos beneficios de jugar solo, eso no significa que el niño tenga que jugar siempre solo. El luego libre y sin adultos es importante, pero también lo es aprender a jugar con otros niños, a respetar el turno, socializar, y jugar con los padres.
¿Cómo lograr que mi hijo juegue solo?
Si tu hijo no es capaz de pasar ni un segundo sin ti, y quieres que aprenda a jugar solo algunos ratitos, puedes seguir estos consejos:
1. Déjalo a su aire, en su habitación, rodeado de sus juguetes favoritos, sin decirle nada ni marcarle con qué debe jugar. Si se aburre, se cansa, llora o te llama, acércate a su habitación, siéntate un poco con él, juega a lo que estuviera jugando y, cuando lo veas entretenido, prueba de nuevo a dejarle un ratito solo.
2. Es importante que le dejes juguetes u objetos con los que pueda jugar a su alcance, pero siempre en un entorno seguro que no sea peligroso.
3. Empieza por dejarlo solo pequeños periodos de tiempo, 1 minuto, 5 minutos… y ve ampliando a medida que el pequeño se sienta cómodo y aprenda a divertirse solo. Por supuesto, el tiempo que podrá jugar solo también depende de la edad. La imaginación y la capacidad para crear juegos no es igual con 1 año que con 3.
4. Si te llama y te pide ayuda para seguir el juego o para empezar a jugar a algo porque no se le ocurre a qué, intenta ayudarle a crea el juego él solo, dándole pistas o ideas, pero sin marcar el juego entero. A veces basta con una pregunta.
5. No esperes a que cumpla los 3 años, desde los 12 meses puedes dejarle solo jugando cortos periodos de 5 a 10 minutos que se podrán ir ampliando hasta los 30 minutos con unos 3 años.
6. Haz las cosas gradualmente, no le dejes solo mucho tiempo de un día para otro o se sentirá abandonado. Poco a poco verás cómo tu hijo empieza a coger el gusto de jugar individualmente.