Normalmente, tras nueve meses de gestación, llega el momento que cualquier madre y padre estaba esperando: el nacimiento de su hijo. No obstante, no todos los niños llegan al mundo de la misma manera, existen muchos tipos de parto que aquí te explicaremos.

Diferentes formas de dar a luz

Antes de concebir al bebé todas nos imaginamos un parto normal por vía vaginal y sin complicaciones. No obstante, a medida que el feto se va desarrollando y va adquiriendo unas características, es más recomendable tener un tipo de parto u otro.

Según el tiempo de gestación

Puede ser parto a término (el que ocurre entre las 37 y 42 semanas de gestación), parto pretérmino o prematuro (el que ocurre entre las 28 y las 37 semanas de gestación) o parto postérmino (cuando el parto ocurre después de las 42 semanas de gestación).

Todas estas fechas están contadas desde el primer día de la última menstruación.

Según el desarrollo

Parto natural: el parto natural no utiliza ningún fármaco; ni para evitar el dolor (anestesia epidural), ni para provocar las contracciones (oxitocina). El parto se inicia solo, de forma natural como su nombre indica. Al no usar fármacos se eliminan sus posibles efectos secundarios, sin embargo, se necesita haber trabajado técnicas de relajación, así como aguantar el dolor de un parto.

Parto vaginal con anestesia: por otro lado, el parto con anestesia es prácticamente igual al natural solo que en este caso sí se utilizan los fármacos pertinentes. Es uno de los partos más habituales y se realiza en torno a los 9 meses, cuando el bebé ya está colocado. Otra posible diferencia con el parto natural es que puede ser más largo ya que la anestesia tarda un tiempo perder sus efetos, pero disfrutarás de un parto menos doloroso.

Parto por cesárea: en el parto por cesaría se debe realizar una cirugía para sacar al bebé desde el abdomen de la madre hasta llegar al útero. Esta tipología de parto solo se da en casos en los que el parto vaginal puede ser peligroso, como una mala colocación del feto o alguna enfermedad.

Si está creciendo más de un feto a la vez es un parto múltiple y en la mayoría de ocasiones se realiza mediante una cesárea.

Parto en el agua: es un tipo de parto bastante parecido al natural, pues no usa anestesia. La curiosidad de este parto es que se realiza dentro del agua y cada vez son más los hospitales que te ofrecen esta posibilidad. No obstante, los médicos recomiendan hacer en el agua únicamente la parte de dilatación para evitar problemas.

Parto en casa: si nos remontamos a la antigüedad veremos que el parto en casa era muy frecuente. No obstante, hoy en día solo se puede tener un parto en casa cuando la seguridad está garantizada.

Es la opción más libre porque te permite dar a luz donde quieras y como quieras, pero es altamente recomendable contactar por lo menos con una matrona profesional por si surgen complicaciones.

Parto vertical: estamos acostumbradas a pensar que las mujeres pueden dar a luz, únicamente, tumbadas en una camilla. El parto vertical demuestra que no tiene que ser siempre así, esta opción propone expulsar al bebé de pie o de cuclillas. Sin embargo, para mantenerte en pie esta técnica no permite el uso de anestesia.

Según la finalización del parto

Si el parto se desarrolla con total normalidad y sin complicaciones se denomina parto eutócico. Es un parto distócico si debido a las complicaciones se debe intervenir.

Según el inicio del parto

Encontramos el parto inducido o el parto espontáneo.