La insolación o hipertermia es el aumento de la temperatura corporal por encima del valor normal a causa de un fallo en los sistemas de evacuación del calor, algo más frecuente en niños en los días de extremo calor de verano, por lo que hay que saber cómo prevenirlo y tratarlo si aparece.

 

 

En verano, sobre todo en algunas zonas y países, el calor puede llegar a superar los 40º C, lo cual puede ser muy peligroso para el organismo si no consigue regular la temperatura corporal de manera adecuada. Generalmente, la regulación de la temperatura se produce en un centro termorregulador que se encuentra en el cerebro y que recibe información a través de termosensores que se encuentran en la piel y en el interior del cuerpo. Además, si notamos mucho calor contamos con dos mecanismos que ayudan a que la temperatura corporal no se eleve por encima de 37º C: el sudor y la vasodilatación periférica de los vasos sanguíneos.

 

Pero, en ocasiones, estos centros de regulación no funcionan adecuadamente, por lo que se puede producir una insolación o golpe de calor, cuyos síntomas principales son deshidratación, calambres, hipertermia, taquicardia, hipotensión, respiración rápida, enrojecimiento facial y alteración del nivel de conciencia con ansiedad, delirio o, incluso en casos gravísimos, coma. Estos síntomas aparecen si la temperatura corporal normal de 37 grados llega a sobrepasar los 40 grados y el cuerpo es incapaz de eliminar el exceso de calor.

 

Como vemos, puede llegar a ser muy peligroso, por eso hay que saber cómo prevenirlo y cómo actuar. Para evitar la hipertermia se deben seguir los siguientes consejos:

 

1- Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas).

 

2- Si se sale a la calle en esas horas, procurar estar a la sombre y beber mucha agua.

 

3- Si se nota cansancio o mareo, ir a un lugar ventilado, fresco y, si puede ser con aire acondicionado.

 

4- Llevar siempre la cabeza cubierta con un gorro de ala ancha y usar gafas de sol.

 

5- Beber muchos líquidos y alimentos con agua como la fruta.

 

6- Usar ropa ligera que permita la transpiración.

 

7- Evitar las comidas pesadas que aumentan la temperatura corporal.

 

Si a pesar de todo tu hijo sufre una insolación y notas alguno de los síntomas antes descritos, debes colocarlo enseguida a la sombra, tumbado con la espalda recta y las piernas elevadas, y humedecer su rostro y la nuca con un paño húmedo. No se debe dar agua si el niño está inconsciente. Y, si el niño se encuentra mal, conviene acudir a Urgencias para que valoren su estado.