La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y constituye nuestra primera barrera de protección. Por esta razón es tan importante cuidarla, especialmente si se trata de la delicada piel del bebé.
En los bebés, el área de piel es mayor que en los adultos debido a su pequeño tamaño. Por esta razón, están más expuestos a la contaminación de químicos y otras sustancias nocivas. Además, la piel de los bebés les protege menos porque aún necesita desarrollarse y madurar. Esto hace que sea más frágil, fina y delicada, por lo que absorberá más contaminantes externos a través, provocando que aparezcan irritaciones y otras dolencias cutáneas. Algunos de los principales elementos externos y otras sustancias que pueden dañar la piel del bebé y los adultos son los siguientes.
Sustancias tóxicas
Las sustancias tóxicas que pueden afectar a la salud de la piel del bebé suelen ser químicos presentes en algunos productos de higiene como toallitas y pañales, en algunas pinturas y en el aire. Para cuidar la piel de tu bebé es importante que escojas siempre la opción más ecológica de estos productos. Asegúrate de que los pañales que le pongas a tu bebé tengan certificados ecológicos y estén hechos con materiales respetuosos con su piel.
En el caso de las pinturas, deja ventilar la habitación al menos tres días para evitar exponerle a estos químicos. Las pinturas, así como el plástico, contienen disruptores endocrinos, unas sustancias químicas que imitan la acción de las hormonas en nuestro cuerpo. Hay que evitar la exposición a estos elementos lo máximo posible, pues están relacionados con algunas patologías como la infertilidad, algunos cánceres, obesidad y diabetes.
Además, los pesticidas y aerosoles, así como el cloro de las piscinas, pueden ser perjudiciales para la piel. Utiliza insecticidas y otros aerosoles químicos siempre cuando el bebé no esté en la habitación y ventila después para que no quede en el ambiente. Si tu peque y tú asistís a aulas de matronatación o natación para bebés, es esencial que ambos os limpiéis con jabón y apliquéis crema hidratante después de haber estado en la piscina.
Radiación ultravioleta
La radiación ultravioleta del sol también puede ser muy dañina para el bebé. Aunque el sol es necesario y beneficioso para su salud, nunca debes exponerle directamente en las horas más fuertes de sol. Protégele con una crema de protección solar con un FPS alto y aplícala media hora antes para garantizar su eficacia. No olvides ponerle gorritos, utilizar sombrillas y vestirle con ropa de algodón de colores claros para que no pase calor.
Contaminación del aire
Los estudios han demostrado que la contaminación ambiental produce tantos efectos negativos en la piel como la exposición prolongada y sin protección al sol. El envejecimiento prematuro, la sequedad extrema, las manchas y las erupciones, son algunos de los efectos que puede tener la polución en nuestra piel. Para proteger la piel de la contaminación, tanto en bebés como en adultos, es esencial mantenerla limpia e hidratada. Utiliza jabones respetuosos con el pH de la piel y una crema hidratante después del baño. Beber mucha agua también ayudará a la hidratación de la piel.