A partir de los seis meses es cuando se recomienda empezar con la alimentación complementaria, pues la lactancia ya no satisface todas las necesidades nutricionales del bebé. Dependiendo de si has decidido seguir una alimentación BLW o no, las meriendas para los más peques pueden variar.

Los expertos recomiendan comenzar con cereales sin gluten, verduras, frutas y carnes blancas, dejando siempre un par de días entre alimentos para descartar posibles intolerancias o alergias. Así pues, a continuación te sugerimos algunas meriendas para bebés a partir de los seis meses para variar y hacer algo divertido con los más peques:

  • Primeras meriendas: a partir de los seis meses, sus primeras meriendas deben constituirse principalmente de frutas. Ya sea en papilla o en pequeños trozos, dependiendo de la edad y el tipo de alimentación, las frutas más comunes son: plátano, manzana, naranja, pera, aguacate… Cuando sean un poco más mayores, puedes ofrecérselas en ensaladas de frutas o brochetas, ya que son una manera más vistosa y divertida de comer fruta.
  • Meriendas saladas: cuando ya estén establecidos en su alimentación los cereales, legumbres y huevos, puedes optar por las tostas de pan con aguacate, tomate, hummus casero, aceite de oliva, un poco de fiambre…
  • Tortitas de avena y plátano: 1 plátano, 1 huevo y 2 cucharadas de avena, mézclalo todo y a la sartén. Así de sencillo y ¡así de rico! Disfrutaréis tanto peques como adultos.
  • Bizcochos caseros sin azúcar: hay un sinfín de recetas sin azúcar que utilizan endulzantes naturales como los dátiles, el plátano, la manzana o la zanahoria. Son una forma ideal de tomar algo dulce evitando caer en la bollería industrial.
  • Galletas caseras de avena y… ¡cosas! La avena es un cereal que combina con todo y tiene un sinfín de propiedades beneficiosas. Puedes mezclarlas con casi cualquier cosa: coco, manzana, plátano, frutos secos, chocolate… Solo adapta las recetas a la edad de tu bebé.
  • Porridge o gachas de avena. Como ya hemos dicho, la avena pega con todo: haz gachas mezclándola con un poco de agua y calentándola y después añade los toppings favoritos de tu bebé; lo ideal es combinarla con frutas variadas.
  • Yogur con cereales y frutas. A partir de los 9-10 meses, cuando ya hayan probado derivados lácteos, una opción muy sana y rica son los yogures con granola casera, cereales, avena y frutas al gusto.
  • La mejor opción para llevar: bocadillos y sándwiches. La merienda es por excelencia la comida que pilla a los más peques fuera de casa, ya sea saliendo del cole o en el parque. Por esta razón, los bocadillos y sándwiches han sido siempre la merienda por excelencia y no por ello son una mala opción. Combina panes normales con panes integrales y añade de preferencia jamón o pavo mezclado con algún queso no demasiado graso. Evita los patés y procesados abundantes en azúcares como las cremas de cacao.

Por otro lado, a continuación te dejamos algunos “mandamientos” a tener en cuenta para que tus peques tengan una merienda saludable:

  • Primero la digestión: la merienda no debe interferir ni en la comida, ni en la cena. Por esta razón, asegúrate de que está lo suficientemente separada de ambas.
  • No abuses en cantidades, la merienda debe aportar el 15% del aporte calórico diario. Esto significa que, dependiendo de la edad, debe estar entre 250 y 400 kcal.
  • Evita los azúcares refinados y grasas saturadas como la bollería industrial, zumos industriales, lácteos con alto contenido graso y azucarado, etc.

Por último, es importante que hagáis de la merienda un momento divertido, ya sea dentro o fuera de casa. Evita que sea una obligación que les quite de jugar y también que estén de cara a una pantalla para evitar hábitos poco saludables en el futuro.